Historia de Brandomil
Los castros romanizados
Desde la prehistoria hay evidencia de que Brandomil estuvo habitado. Muy cerca del puente romano hay un castro amurallado. Del otro lado del río y muy cerca del pueblo llamado Acalabanda (probablemente de «otra banca», es decir del otro lado del río), se encuentra el segundo castro. Según Evaristo Domínguez y Xosé María Lema, podría haber sido un puesto estratégico para la defensa y vigilancia de las minas, aparentemente de oro y estaño, que había en esta zona, como el pozo del Limideiro así como la zona de la mina de Vilarcobo. Ambas minas se encuentran actualmente en desuso, aunque el Pozo do Limideiro es un lugar de excepcional belleza, donde pasear y pasar un buen rato en la tranquilidad de su entorno.
Vía XX Per Loca Marítima
¿Pasaba por Brandomil?
La vía romana XX del itinerario Antonino, del siglo III es una de las rutas más conocidas y, según la mayoría de autores, pasaba por Brandomil.
El itinerario de Antonino recopiló todas las rutas del Imperio Romano y las vías XIX y XX eran las que pasaban por Galicia. Ambos partían de Braga, pasaban por Lugo y llegaban a Astorga, conectando la costa occidental con las tres capitales. La ruta marítima Per Loca Maritima lo recorría en su totalidad, pero la otra se internaba por el interior, lo que estableció una ruta más directa entre Lugo y Braga, por la XIX.
Hay cierto consenso en las mansiones que se definieron en las secciones comunes, pero no hay consenso en las secciones que no son comunes, y precisamente en una de estas secciones se encuentra la mansión Grandimirum, ubicada por la mayoría de los historiadores en Brandomil. entre otras cosas por la existencia de minas de oro.
Puente de Brandomil
Sin duda una de las joyas de Brandomil, al menos la más visible, es el Puente.
Para definir el Puente Brandomil vamos a recoger una descripción realizada por el ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Francisco Mérida Hermoso, en 1980 en la revista Obras Públicas, en la que se refiere a cada uno de los elementos del Puente Brandomil:
«El puente está formado por cuatro arcos de medio punto, uno de ellos de menores dimensiones que los tres restantes, de diámetros análogos. Dos de ellos tienen las arquivoltas de las bóvedas rehundidas en el paramento de aguas arriba, ocurriendo esto en tres de los arcos en paramento de aguas abajo.»
«Tratando de encuadrar esto en algún estilo arquitectónico nos conduce indefectiblemente al Románico, en los albores del siblo XII, momento en que este ornamento era profusamente empleado».
«Los tajamares son de forma triangular aguas arriba y trapezoidales aguas abajo, prolongándose por encima de la rasante, formando apartaderos. Los ingenieros romanos coronaban los tajamares a mitad de altura, llegando éstos hasta el arranque de los arcos. Es en los puentos medievales donde vemos prolongarse los tajamares por encima de la calzada, insertándose en el pretil del puente, ofreciendo ese aspecto almenado tan caraterístico»
«Estas dos peculiariedades son las que fundamentalmente me llevan a pensar que el puente, de incuestionable origen romano sufrió una importante modificación alrededor del siglo XII. Catalogándose el puente por tanto como Romano-Románico»
Hay mucha literatura e historia sobre el Puente Brandomil, que data del siglo I d.C., y que constituye el punto de encuentro de dos vías romanas, una secundaria que partía del mismo Puente y, por tanto, unía con la «Per Loca Marítima». Muchos estudiosos, como Ángel del Castillo, consideran que es uno de los pocos puentes que se conservan tal y como los dejaron los romanos, pero esta teoría es refutada por otros historiadores.
Restos arqueológicos en Brandomil
La mayoría de historiadores y antropólogos sitúan la manio Grandimirum en Brandomil, pero hay otros, como el prestigioso Juan Naveiro, responsable de las excavaciones realizadas en 2007-2008, que señala que en Brandomil hubo más que una mansio, hay indicios de un punto administrativo, y se hacen referencias a Brandomil como uno de los enclaves romanos más importantes del noroeste peninsular.
La proximidad del castro aumenta la importancia del conglomerado. El asentamiento romano se encuentra al norte del castro bajo la actual localidad. Son muchos los testimonios que afirman que es muy difícil encontrar cimientos para construir una casa, pero que es muy común encontrar piezas talladas, tégulas, trozos de columnas, capiteles y otros restos romanos con excavaciones poco profundas.
Entre muchos otros estudiosos, Fermín Pérez Losada señala que en Brandomil han salido a la luz importantes restos arquitectónicos: capiteles jónicos, capiteles toscanos, fustes lisos, molinos circulares, tégulas, ladrillos y otros restos. Entre las zonas investigadas en Brandomil se encuentra la zona denominada Pedra do Altar, cuyo nombre indicaba que allí podría estar la ubicación de la primera iglesia de la parroquia.
La riqueza epigráfica de Brandomil también se destaca en diferentes publicaciones, como la Corpus de inscripciones romanas de Galicia. I. Provincia de A Coruña. Los restos encontrados están relacionados con la muerte, como estelas o placas funerarias. Una vez analizados estos elementos se pueden detectar claras evidencias de núcleos de población fuera de la antigua Gallaecia, que habitaron Brandomil a partir del siglo I d.C. El nombre actual es latino, en algunos casos único en la Península Ibérica y otros nombres son griegos.