
Aras votivas de granito encontradas en Brandomil
Parte importante de los restos arqueológicos a los que se hace referencia en el libro mencionado en el apartado anterior Corpus de inscricións romanas de Galicia. I. Provincia da Coruña, son tres aras votivas.


La primera fue consagrada al dios Coso, fue encontrada sobre el año 1880, actualmente se encuentra en el museo de la Catedral de Santiago de Compostela.

La segunda ara apareció en el año 1955 y por los datos de inscripción se supone que perteneció a un liberto. Contenía dedicatorias religiosas y culto a la fortuna.

La tercera ara votiva se encontró sobre el 1885, y al igual que las dos anteriores fue utilizada como material de construcción. La primera línea de texto está bastante desgastada, pero aún así tiene legibilidad y también se encuentra actualmente en el Museo de la Catedral de Santiago de Compostela.
Además de las aras se encontró un frontón de un monumento funerario de gran calidad en el año 1939.

La última pieza de relevancia que se recoge en este libro es una placa funeraria de granito, cuya conservación no es buena.

Además de estos elementos también se encontró una Estela que presenta una luna en cuarto creciente, una inscripción y un hombre desnudo de cabeza redonda y cuerpo desproporcionado sobre el que destacan el ombligo y órganos genitales. Hay diferentes versiones sobre dónde se encontró esta Estela, se habla de que la ubicación fue en Brandomil y otras fuentes dicen que se encontró en San Cosme de Antes, pueblo situado a poco más de dos km de distancia, pero lo importante de esta pieza son sus dimensiones, ya que cuando las Estelas romanas tenían un tamaño de poco más de un metro, en este caso supera los dos metros de altura.

Otros elementos encontrados en Brandomil son los miliarios, al menos un par de ellos, localizados en un caso en la reconstrucción del Puente, derrumbado por una tormenta en los años 90, y otro localizado mientras se realizaban las reformas de una casa de la parroquia.
Pero a todos estos restos podemos sumar los cientos de ellos que o bien se han destruido o bien están en casa de los vecinos, con usos varios.